Fausto en la reunión de filósofos enmascarados descrita en el capítulo Sueño de la Noche de Walpurgis. Al fondo, tras un puente como símbolo de los tránsitos entre las diversas dimensiones de realidad, se empinan las alturas del místico Harz en el horizonte, cobijando los contornos graníticos del Brocken, sitio enigmático donde recién ha ocurrido el aquelarre de la Noche de Walpurgis. Fausto es agobiado por las elucubraciones contradictorias de estos sabios tras sus máscaras, inmersos en debates tan interminables como infructuosos acerca de los enigmas de la naturaleza y del espíritu, temas que le rememoran la incertidumbre de sus propios insomnios durante su larga vida de agotadora e infructuosa búsqueda del conocimiento absoluto.